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Traer agua al valle de México: plan hídrico de la UAM

Investigadores de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), que participan en el Programa de investigación Sierra Nevada, diseñaron un plan hídrico para la Cuenca del Valle de México, que contribuiría a disminuir la dependencia de fuentes externas para el abasto, evitaría las inundaciones recurrentes en esa zona y, mediante la habilitación del Lago Tláhuac-Xico, se garantizaría el aprovechamiento del agua pluvial proveniente de la zona de los volcanes aledaños.

El doctor Oscar Monroy Hermosillo, profesor-investigador del Departamento de Biotecnología de la Unidad Iztapalapa, informó que el proyecto Plan Hídrico de la Cuenca de los ríos Amecameca y la Compañía, presentado a los asambleístas del Distrito Federal, tendría un costo de poco más de cuatro mil millones de pesos y permitiría recuperar el equivalente a la mitad del agua que se trae a la zona metropolitana, a través del sistema Cutzamala, que es hoy una de las principales fuentes de abastecimiento.

El ex rector de la Unidad Iztapalapa y presidente de la Comisión de Cuenca de los ríos Amecameca y La Compañía, señaló que frente al desastre hídrico que representa el manejo del agua en el Valle de México y la persistencia en el esquema de traer agua de otras regiones, explotar excesivamente los pozos y después invertir una gran cantidad de recursos para sacarla, es necesario buscar alternativas sustentables.

Agregó que el resultado de este modelo es que cada vez se trae el vital líquido de zonas más lejanas, los acuíferos se agotan, 38 por ciento del recurso se pierde en la red de distribución y cada vez se destinan más recursos económicos para bombear el agua y llevarla al drenaje.

Hasta hoy, agregó, persisten las soluciones parciales, y un ejemplo de ello lo representa el proyecto del emisor oriente –la obra hidráulica de mayor inversión programada en la Zona Metropolitana del Valle de México, para mejorar el desalojo de las aguas negras y los excedentes pluviales– cuyo costo se programó en 19 mil millones de pesos en 2007. “Hoy se han gastado más de 20 mil millones de pesos y apenas llevan  10 por ciento del proyecto”, criticó.

El plan hídrico que se propone y que ya fue aprobado por la comisión de cuenca en la que participan dependencias de nivel federal, estatal, municipal y delegacional, así como representantes de la sociedad civil, abarcaría una extensión de mil kilómetros cuadrados e involucraría a 10 municipios y dos delegaciones (Tláhuac y Xochimilco), y para su puesta en operación se calcula una inversión de cuatro mil millones de pesos.

El investigador recordó que mediante el Programa Sierra Nevada, la UAM ha participado en diversos proyectos relacionados con el medio ambiente y la sustentabilidad de la zona, por lo que los investigadores que en él participan conocen bien las diferentes problemáticas, siendo el del agua uno de los más acuciantes.

De acuerdo con el diagnóstico de esta propuesta, la subcuenca recibe 914 millones de metros cúbicos (Mm3/año) de agua pluvial por año y la mayor parte (684 Mm3/año) regresa al cielo vía la evaporización; la subcuenca logra infiltrar 136 Mm3/año de aguas pluviales hasta sus acuíferos, volumen que está en plena disminución debido a urbanización de las zonas de recarga.

Además unos 88 Mm3/año no son aprovechados por caer sobre zonas urbanas o deforestadas, o por llegar en intensos “picos de lluvia” que arrasan con suelos, inundan las zonas urbanas de cuenca baja, y azolvan la infraestructura hidráulica. La totalidad de esta agua, un volumen en aumento, es exportada de la cuenca vía bombeo a un costo y un riesgo cada vez mayor.

Según este estudio, los acuíferos de la subcuenca aportan casi dos veces el volumen del agua que reciben cada año, por lo que este déficit de 2 mil 500 litros por segundo, está causando el desecamiento de las zonas forestales, la desaparición de manantiales y severos hundimientos regionales y diferenciales, que provocan la aparición de enormes grietas y una mayor vulnerabilidad a movimientos sísmicos en cuenca baja.

Frente a esta realidad, mediante el  plan hídrico se busca impulsar acciones como la rehabilitación del lago Tlahuac-Xico –que rodea una parte de la delegación Tláhuac y del municipio de Chalco y que en ocasiones representa riesgos de desbordamientos en la zona– la generación de pozos de infiltración, saneamiento de aguas residuales a partir de la instalación de plantas de tratamiento y una nueva cultura para el cuidado del recurso, además de incrementar la profundidad del Lago Tláhuac- Xico, a fin de detener e infiltrar el agua pluvial.

Con respecto a la rehabilitación del lago, el doctor Monroy Hermosillo dijo que se trata de que este lago, que hoy es de agua sucia, reciba el líquido que baja de los volcanes, para lo que es necesario hacerlo más profundo. Para ello no es preciso excavar, sino que se pondría en operación una estrategia para crear lagos, ya utilizada por Nabor Carrillo en el Lago de Texcoco, que consiste en la extracción de agua de la primera capa de la arcilla, lo que permite que éstas se compriman y el terreno vaya asentándose.

Explicó que el lago Tláhuac- Xico tiene la capacidad para almacenar la totalidad de las aguas pluviales que actualmente se exportan y su saneamiento garantizaría el abastecimiento de agua potable a toda la subcuenca, lo que se traduciría en un beneficio para unos tres millones de habitantes de la zona.

Otras acciones propuestas en este plan es poner en operación diversas plantas para tratar aguas residuales y utilizarlas en actividades industriales, de agricultura y domésticas, así como obras para retener el agua y propiciar la recarga de los acuíferos.

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